Perro que ladra
Sir Frank
Quinta Camacho
Calle 70A # 10A - 42
Comida americana
La sazón: 4,1
La atención: 3
La ambientación: 4,5
La relación costo/beneficio: 3,7
Precio promedio por persona: 25 - 35 mil
Queridos, ya saben el ajetreo que implican las festividades. Al fin logré sacar un tiempito para escribir una reseña antes de que el año acabe.

Lo que más me llamó la atención al pasar por Sir Frank fue su toldo amarillo que recuerda a los locales noventeros de comida rápida en Estados Unidos, aunque por dentro no se les parece ni una gota: sus colores terrosos lo hacen lucir muy moderno y sofisticado. Está decorado de inicio a fin con cuadros, radios y relojes. Las sillas, aunque hermosas, tienen el espaldar muy bajo y con estos dolores de columna se imaginarán lo que sufrí.
En mi primera visita fuimos únicamente a probar el perro porque ya muchos nietos me lo andaban preguntando. B pidió el hotdog Frank (13.000), que viene con una ácida y suave salsa de la casa, una excelente porción de queso cheddar y una salchicha firme y agradable de mi más adorada marca: Koller.
A mi hotdog Mac & Cheese (15.000) le faltaba un poquitico de sal, pero la mezcla de texturas era asombrosa: el pan esponjoso junto con la salchicha consistente, el queso cremoso y los trozos de tocineta crocante me embelesaron. De acompañamiento el mesero me recomendó unas papas chip (5.000) pero creo que se confundió y trajo papas a la francesa (6.000): no obstante, muy buenas, adictivas y doraditas.

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La segunda vez quería algo que me hiciera olvidar el exceso de tragos de la noche anterior y por eso pedí una hamburguesa Frank con tocineta (15.000): miren nomás esa belleza, la envidia de cualquier propaganda de McDonald’s. Me pareció rica, pero no excelente, no tenía tanto sabor como esperaba y la tocineta estaba excesivamente crocante. P eligió un increíble Choripán (13.000): tostado a la perfección, con provolone derretido y crujiente, y un chorizo de consistencia impecable. Además, el alioli y el chimichurri le dieron ese sabor típico del Cono Sur; de hecho, nos pareció que le hacía competencia al choripán de un amigo uruguayo que tenemos (pero no le vayan a decir).

P se lamentó de su Pink mojito (20.000) que sintió muy dulce, aunque a mi modo de ver, todos los mojitos son siempre bastante azucarados y este no fue la excepción. Su querida abuelita optó por un Bloody Mary (23.000) que desde el comienzo nos pareció flojo de trago... pero no me imaginé hasta que me llegó la cuenta que ¡me habían traído un Bloody Mary virgen (13.000)! Y no, mijitos, a esta edad yo ya no estoy para esas: si quisiera una sopa de tomate, no pediría un coctel.
Para terminar, solicité el datáfono y la chica se demoró alrededor de quince minutos en traerlo y no porque el personal estuviera muy atareado, pues había solo tres mesas ocupadas. Desde mi silla veía a los cinco meseros charlar y reír mientras nosotras esperábamos. No saben lo importantes que son para mí esos mínimos gestos.

Sé que los perros calientes no tienen mucha ciencia pero vale la pena degustar esta versión gourmet con ingredientes de primera. A pesar de que el servicio debe pulirse, Sir Frank tiene una atmósfera encantadora y su propuesta de refinar la comida rápida me fascina.
Calificaciones de los otros comensales
B: 4,6
P: 4,4
Tips viejecitos
Es mejor reservar, es un lugar de moda y hay veces que la fila puede demorarse más de una hora.
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